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jueves, 20 de septiembre de 2018

iPhone XS: los mejores rivales con Android

El sector de la telefonía móvil se encuentra en su pleno apogeo. Hay mucha competencia. Más que nunca. Al igual que la evolución experimentada por otros bienes de consumo, con el tiempo se ha abierto una brecha entre las propuestas de alta gama y las más accesible por precio.

Hoy en día, hay que asumirlo, se puede adquirir un dispositivo móvil que reúna lo exigido para calificarlo con altas prestaciones por unos 400 euros, pero la coyuntura socioeconómica ha derivado en que algunas marcas, entre las que se encuentran Apple y Samsung, han elevado el listón con propuestas que superan con creces los mil euros de precio de salida.
El nuevo iPhone XS en este caso se sitúa en la primera línea de esa categoría premium. A la venta a partir de este 21 de septiembre, su comercialización viene aparejada una reflexión acerca de lo que cuestan en la actualidad los «smartphones». Apple se mueve en un segmento en el que es difícil escalar a otras marcas, que se han visto obligadas a empaquetar sus productos a precios más accesibles. La rivalidad es muy elevada, y existen en el mercado propuestas muy interesantes que ofrecen valores diferenciales y aspiran, en alguno de los casos, a llamar a la puerta del consumidor con ideas brillantes y personales.


Huawei P20 Pro

Uno de los elementos más distinguidos a la hora de tomar una decisión de compra en un móvil actual se encuentra, principalmente, su apartado fotográfico. «Que tenga una cámara buena», dirán muchos potenciales consumidores. Hoy en día que un móvil se comporte de manera solvente en este territorio es fundamental. Las cámaras móviles, además, han experimentados grandes cambios en los últimos años además de venir incrementando los megapíxeles en cada generación.
Un portento de la técnica es el Huawei P20 Pro, considerado por muchos analistas como uno de los móviles con la mejor cámara del año. Su vitalidad radica en su configuración fotográfica compuesta por tres lentes que actúan en consonancia pero, a su vez, ofrecen experiencias distintas. El terminal rinde muy bien en diferentes escenas, sobre todo, cuando intenta acercar la imagen. La capacidad de su zoom sorprende y lo convierte, de facto, en un único en su especie. De momento, puesto que ya se ha especulado en que otros fabricantes están buscando una alternativa de triple lente para futuros móviles.
Pero yendo al grano, esa triple cámara tiene tres lentes distintas. Una de ellas tiene un sensor de 40 megapíxeles -que dispara en 10 megapíxeles y luego por medio de la inteligencia artificial lo convierte- con un diafragma que se abre en F1.8, un sensor monocromático de 20 megapíxeles con apertura focal de F1.6 y otra de 8 megapíxeles que funciona como teleobjetivo. Su zoom es espectacular; ofrece un zoom óptico de tres aumentos, un zoom híbrido de cinco aumentos y un zoom digital de hasta diez aumentos, que ejecuta las capturas de manera magistral. Además, incorporar un modo retrato y todo el dispositivo viene salpimentado con un toque de Inteligencia Artificial diseñado para intentar sugerir la mejor toma en cada escena.
También destaca especialmente por su potente batería, compuesta por una pila de 4.000 mAh de densidad, que aguanta perfectamente día y medio. El resto de especificaciones lo hacen igualmente atractivo. Cuenta con un microprocesador Kirin 970 y 6 GB de memoria RAM, el terminal ofrece un desempeño solvente y fluido en la mayoría de tareas realizas. Además, su cara exterior tampoco le resta belleza, dado que tiene una pantalla de tipo OLED de 6.1 pulgadas de tamaño, capaz de rascar una resolución 2.240 x 1.080 píxeles. Aunque se suma a la corriente de los móviles «todo pantalla» no ha renunciado a implantar un botón físico. de Viene gobernado por la versión del sistema operativo Android 8.1 Oreo aunque dispone de funciones específicas gracias a su capa de personalización EMUI 8.1.


Samsung Galaxy S9 Plus

Aunque este móvil llegó antes de tiempo, en abril, a lo largo del año ha aguantado bastante bien el tirón de la competencia. La bicefalia de Samsung se sostiene en base a la línea «S» que en los últimos años ha ofrecido dos modelos distintos y la familia Note, que ejerce de rara avis en la industria por el simple hecho de añadir un lápiz óptico que amplía sus funciones. Este modelo en cuestión ofrece una particularidad; una doble cámara que destaca por su apertura variable (de F1.5 y F2.4). Sus cámaras traseras tienen 12 megapíxeles, una de ellas con una tecnología llamada Dual Pixel, que significa que los pixeles de los sensores son mayores de lo normal, lo que les permite captar más luz, la base de la fotografía.
Tiene uno de los sensores más luminosos del mercado y se adapta de manera automática a las condiciones ambientales. Su cámara negocia por ejemplo las imágenes nocturnas de manera solvente, superando a muchos rivales. Además, dispone de varios atributos interesantes en este terreno como modo retrato con capacidad para personalizar el desenfoque del segundo plano o los avatares personalizados. Pero al margen de su comportamiento fotográfico, el móvil lo tiene todo para ser una bestia: microprocesador Exynos 9810 jalonado con 6 GB de memoria RAM.
A nivel estético, aunque no ha sufrido grandes cambios respecto a su predecesor, cuenta con un diseño icónico que no pasa de moda en estos momentos. Además, en medio de la tiranía del «notch» -una pestaña que se adentra en las pantallas en la parte superior y que ya lo tienen muchos dispositivos Android- Samsung se ha mantenido firme con su visión de pantalla de 6.2 pulgadas y bordes ligeramente curvados, además de paneles de tipo Super AMOLED, una tecnología propia que tiene depurada a la perfección.
Con una batería de 3.500 mAh, el móvil tiene una autonomía de día y medio hasta la siguiente recarga y un sistema de carga rápida que le permite revitalizarse en un 50% en cuestión de 15 minutos. No le falta tampoco chip NFC para realizar pagos móviles y, como un ser extraño, permite conectar auriculares a través de su entrada minijack de 3.5 milímetros y ampliar su memoria por mediación de tarjetas microSD. También cuenta con sensor de reconocimiento facial pero no ha renunciado al lector de huellas dactilares, mejor ubicado que su anterior modelo.


Samsung Galaxy Note 9

Es difícil quedarse con este modelo o su «hermano» el S9 Plus. Pero ante esa bicefalia tendemos puentes hacia la visión de la marca para conquistar varios tipos de públicos. En este caso, el Note 9 ha evolucionado positivamente y ha pasado página definitivamente a la crisis de las baterías incendiarias del Note 7. Este dispositivo mantiene la línea estética pero ha mejorado ligeramente algunas de sus prestaciones como el característico S Pen, que es más sensible y ha ganado algunas funcionalidades como «mando a distancia».
Su tamaño, eso sí, es algo mayor; tiene 6.4 pulgadas para una pantalla de tipo Super Amoled que puede representar una resolución de 2.960 x 1.440 píxeles manteniendo su diseño casi sin bordes (una relación de aspecto de 18.5:9. Es muy rectangular, pero esbelto. Y con potencia a raudales: microchip Exynos 9810 y hasta 8 GB de memoria RAM que le permite correr a grandes velocidades en múltiples tareas.
Su cámara, en cambio, es correcta pero conservadora, dado que viene con dos lentes de 12 megapíxeles y apertura variable (F.15 y F2.4) estabilizadas ópticamente. Un pequeño pero importante salto sí se ha producido en su batería, que ahora tira de 4.000 mAh para superar el día sin problemas. No le falta el minijack para auriculares y destaca, a su vez, por su impresionante almacenamiento (512 GB ampliable hasta 1 TB).


OnePlus 6

A falta de conocer a su sucesor próximamente, OnePlus se ha dado a conocer en todo el planeta por su visión comercial: ofrecer más por menos. Aunque también es cierto que ha venido añadiendo algunos números a sus precios pero ha conservado esa idea para parir este modelo que reúne básicamente lo que cualquier usuario exigente puede pedir. Este móvil tiene una pantalla de 6.28 pulgadas de tipo Super Amoled aunque con resolución Full HD, que puede representar un punto flaco al igual que su equipo de audio, algo mejorable.
Aún así, ofrece un diseño moderno de pantalla casi sin bordes y relación de aspecto de 19:9 que le sienta muy bien. Al igual que su cámara doble de 20 y 16 megapíxeles con diafragmas de F1.7. Eso ya da una pista de lo que ofrece: modo retrato, que lo trata bastante bien. Viene impulsado por Android 8.1 Oreo y funciona como un velocista. Es rápido gracias a los chips que incorpora, un Snapdragon 845 de última generación y hasta 8 GB de memoria RAM que lo impulsan hasta una potencia increíble. Su batería, de 3.300 mAh, soporta carga rápida.


LG G7 ThinQ

La firma surcoreana ha continuado este curso haciendo los deberes y presentando un buen trabajo aunque lo tiene difícil para sacar sobresaliente: la tendencia ahora es reducir los precios y ofrecer terminales sobre el umbral de los 700 euros es negocio complicado. Y más teniendo en cuenta que a la competición se han sumado con fuerza los fabricantes chinos.
Pero este modelo en particular viene aderezado de Inteligencia Artificial, otro de los términos de moda, que se utiliza, entre otras cosas, para mejorar la edición en las fotografías o conseguir imágenes cuatro veces más brillantes en entornos poco iluminados, así como para mejorar otros aspectos y funcionalidades de las cámaras. Además, cuenta ahora con 19 modos de captura (en lugar de 8), lo que multiplica las posibilidades de conseguir imágenes espectaculares.
Todo metido para aprovechar la cámara dual (16 MP con apertura F1.9 y 16 MP con apertura F1.6), que ofrece dos disparos distintos como una de sus señas de identidad. No le falta tampoco un arsenal de potencia: Snapdragon 845 aunque acompañado por 4 GB de memoria RAM que se quedan algo cortos en los tiempos que corren. Tiene una pantalla de 6.1 pulgadas casi sin bordes en un formato 18,5:9. Su resolución es de QHD+ (3.120 x 1.440 píxeles) que da un excelente argumento, es muy brillante. También destaca por su calidad de audio por encima de la media.


Pixel 2 XL

Este es el móvil más vetusto, pero su cámara es digna de aparecer. La del pasado año fue, posiblemente, una de las mejores (por no decir la mejor), y eso que solo dispone de una sola lente. Esa renuncia no fue un argumento para perder la batalla de la imagen. Al contrario. Su software perfectamente depurado y perfeccionado logra capturar la realidad de manera equilibrada y realizar incluso el modo retrato de manera impecable. Su sucesor, es cierto, está en camino, pero este modelo sigue siendo muy recomendable. Esa portentosa cámara está compuesta por un sensor de 12,2 megapíxeles y apertura de F1.8.
Eso sí, en la parte más fría, sus especificaciones técnicas, se aprecia que se trata de un móvil de un año. Es decir, Snapdragon 835 con 4 GB de memoria RAM que logran un motor bastante decente, pero no el mejor. Tampoco su capacidad es nada del otro mundo; de 64 GB cuando hay otros rivales que ofrecen no solo el doble, sino el triple. En cambio, su batería de 3.500 mAh está muy optimizada para lograr que este móvil con Android 8.0 Oreo funcione durante una jornada completa sin miramientos.


Oppo Find X

En la personalidad está su virtud. Con la excepción del Mi Mix 2S, la industria ha encontrado una controvertida solución para ganar espacio en pantalla sin perder la cámara frontal, los sensores y el altavoz superior. Es la pestaña o «notch» que no gusta a todos pero que ha popularizado Apple a partir del iPhone X. Pues bien, este móvil ha encontrado otra alternativa mecánica; una bandeja que se desplaza cuando se abre la aplicación cámara o se desbloquea el móvil con el sistema de reconocimiento facial alberga estas necesidades para su funcionamiento.
Gracias a ello, este móvil puede ofrecer una pantalla de 6.4 pulgadas (con resolución 1.080 x 2.340 píxeles) que cubre el 93,8% del frontal. Cuenta, además, con una doble cámara trasera de 16 + 20 megapíxeles y otra delantera de 25 megapíxeles. En su interior, lo mejor de lo mejor también: Snapdragon 845 y 8 GB de memoria RAM. Su batería tampoco renuncia a esa filosofía y alcanza los 4.000 mAh.




Honor 10

Otra alternativa (también china) es este terminal que cuenta con una pantalla de 5.8 pulgadas y resolución Full HD (2.280 x 1.080 pixeles), que descata especialmente por su cámara, a la que ha incorporado Inteligencia Artificial. La cámara principal es dual (con sensores de 24 y 16 megapixeles y apertura de F1.8), y gracias a la Unidad de Procesamiento Neuronal (NPU) integrada en el chip del dispositivo (Kirin 970) y memoria RAM (4 GB) es capaz de reconocer en tiempo real más de 500 escenarios en 22 categorías diferentes. Está gobernado por Android 8.0 Oreo y su batería, aunque escasa (3.400 mAh), es muy competente.


Xiaomi Mi 8

Otra de las grandes apuestas para este año no ha sido revolucionaria, pero sí es correcta y cumple perfectamente con lo que la mayoría de consumidores puede pedir. El Xiaomi Mi 8 es un terminal que se asemeja mucho al iPhone X en su cara exterior compuesta por un panel tecnología OLED como alguno de los móviles más avanzados del mercado. Para esta ocasión, se ha agrandado en comparación con sus predecesores hasta alcanzar las 6.2 pulgadas.
Pese a esta proporción, el hecho de tratarse de un móvil casi sin bordes (relación de aspecto de 18,7:9) cuya superficie táctil ocupa practicamente la cara frontal se logra tener más especaio en un tamaño más reducido. Con ello entra en la tendencia más rompedora en el sector móvil de los últimos años. Su resolución es Full HD+ (2.248 x 1.080 píxeles) y capaz de emitir un brillo de 600 nits. La parte trasera se ha dedicado a la cámara, que sigue siendo doble como manda los cánones establecidos en la industria en estos momentos. Incorpora dos sensores de 12 megapíxeles cada uno que destacan, especialmente, por su diafragma; la lente principal está abierta a F1.8 mientras que la secundaria -empleada para perfeccionar el modo retrato- se contenta con un valor de F2.4.
El sistema de enfoque, en ocasiones, sufre de ciertos retardos. El tratamiento de las imágenes está en la línea de lo producido en otros modelos de la marca china. Ofrece buenas sensaciones, pero en ocasiones las imágenes captadas en modo retrato -jugando con la profundidad de campo- se sienten algo artificiales y no logra recortar la silueta a la perfección.

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